VMC (Ventilación Mecánica Controlada) es responsable de renovar el aspecto de una habitación expulsándolo al exterior, para que sea sustituido por el llamado aire «no viciado». Mediante este proceso se eliminan todas las sustancias contaminantes, malos olores y otras esencias nocivas. La humedad no es una excepción: en un volumen como el del baño, el VMC por lo tanto previene el desarrollo de mohos y hongos, un proceso que aparece en cuanto la humedad se estanca (lo que puede derivar en problemas de asma, tos e incluso muchos más). es por lo tanto un equipo esencial para el bienestar de una casa como de sus habitantes, y su elección en el baño debe ser minuciosa y calculada.
El CMV de flujo único: silencioso y económico, pero incómodo
El flujo simple VMC tiene una sola función: extraer el aire viciado del baño para expulsarlo al exterior. Por lo tanto, debe estar acoplado con una rejilla de ventilación en cada habitación donde oficia; de esta forma, la aspiración del aire interior crea una depresión que aspira el aire exterior. Y aquí es donde radica su primer defecto: el aire que entra está a la temperatura del exterior. En invierno, por lo tanto, se siente un efecto de corriente de aire frío, lo que trae una nota de incomodidad. Además, las pérdidas son importantes: el aire que entra debe calentarse constantemente, lo que aumenta la factura energética.
Pero si el VMC de flujo único está lejos de ser perfecto, aún deben destacarse sus ventajas:
- Consume poca electricidad (15 W), lo que modera las pérdidas energéticas -y por tanto económicas- que provoca;
- La instalación del CMV de flujo único es fácil, por lo que es práctica para reformas, y requiere poco mantenimiento;
- Si bien las entradas de aire son permeables a la contaminación acústica externa, sus conductos son completamente silenciosos – a diferencia del CMV de doble flujo;
- Es mucho menos costoso que su contraparte.
El VMC de doble flujo: cómodo y enérgico, pero exigente
El VMC de doble flujo, además de expulsar el aire viciado del interior, extrae el aire exterior para insuflarlo en las estancias donde está instalado, formando así un circuito completamente cerrado. Pero su tecnología no queda ahí, ya que además, va acoplado a un intercambiador de calor. Esto quiere decir que transmite las calorías del aire interior, ya calentado, al que extrae del exterior, para que llegue a los salones a una temperatura más confortable. Así, a diferencia del CMV de flujo simple, limita las diferencias de temperatura y, por lo tanto, crea situaciones mucho más cómodas. Además, las pérdidas son menores, en la medida en que se reutiliza el calor ya producido, por lo que hay que calentar menos el aire.
Pero estas ventajas van acompañadas de ciertas desventajas, que deben tenerse en cuenta:
- Consume mucha más electricidad cuando funciona (40 W) que un simple caudal;
- Los conductos que soplan aire al interior son ruidosos;
- Es voluminoso y debe instalarse en una habitación con calefacción;
- Si sus conductos se instalan en espacios sin calefacción y no están aislados como compensación, existe el riesgo de que se forme condensación, lo que es peligroso para la salud de los habitantes.
El precio de la instalación del VMC
El precio del CMV, por supuesto, varía según muchos criterios: el número de habitaciones, la longitud de los conductos, la dificultad de instalación… Pero se pueden identificar ciertos rangos económicos:
- La instalación de su VMC de flujo único costará entre 500 y 1.000 € para un modelo básicoy entre 1.000 € y 1.500 € para un modelo sensible a la humedad (que tiene la capacidad de adaptar su flujo de aire según el nivel de humedad de la habitación), instalación incluida;
- Un instalador de VMC de doble flujo puede preguntarle entre 4.000 y 8.000 € todo incluidosabiendo que el precio del propio VMC está generalmente entre 1.000 y 5.000 €.
Pero no te preocupes por estas cantidades relativamente elevadas: la financiación como el ecopréstamo a tipo cero, la ayuda de Anah o incluso el 5,5 % de IVA pueden entrar en juego para ayudarte a dotarte de equipos destinados a mejorar el rendimiento energético de tu hogar. Sin embargo, el trabajo debe ser realizado por un profesional certificado RGE (Garante Reconocido del Medio Ambiente).