Balance comparativo de energías térmicas
No existe una fuente perfecta de energía, lo que no ayuda a comparar. Para verlo más claro, aquí están las aplicaciones, el origen y disponibilidad a medio plazo, las ventajas y desventajas de cada energía.
Nota: desde el punto de vista ambiental, todos tienen saldo negativo.
Proporciona calefacción y producción de agua caliente sanitaria (ACS). Tiene la ventaja de ser almacenable, lo que la convierte en una energía «todoterel Perelló». Su gran inconveniente es su precio (4,79 €/kWh a 15/01/2005), que sólo puede subir mucho en el futuro. Las calderas de fuel oil son menos contaminantes que las anteriores, y los primeros modelos de condensación (de máximo rendimiento) aceptan todo tipo de fuel oil.
- GLP o gas licuado de petróleo (principalmente propano)
Cubre todas las aplicaciones (calefacción, agua caliente sanitaria, cocción). También es un producto refinado. Su disponibilidad es idéntica a la del fuel oil y, al igual que este, se puede almacenar en tanques. Su precio (9,74 € el kWh a 15/01/2005), uno de los más elevados entre las energías convencionales, no puede sino aumentar.
Distribuida en red, proporciona calefacción, agua caliente y cocina. Compuesto principalmente por metano, proviene de yacimientos subterráneos (como el petróleo), pero las reservas probadas protegen contra cualquier riesgo de escasez. Es una de las energías convencionales más baratas (4,23 € el kWh a 15/01/2005, abono incluido), aunque indexada al precio del petróleo promete aumentar. Su principal inconveniente es su falta de disponibilidad: para aprovecharla hay que vivir en una zona servida por la red. Si, desde el punto de vista del medio ambiente, su impacto es negativo, su combustión es menos contaminante que la del fuel oil. Tenga en cuenta que este equilibrio mejorará el día en que se produzca metano a gran escala, a partir de la descomposición de la materia orgánica (residuos agrícolas, vertederos, plantas de tratamiento, biomasa, etc.). Esto se llama biogás.
A diferencia del fuel oil y el gas, no es una fuente sino una energía en sí misma, producida principalmente por presas y centrales eléctricas (térmicas y especialmente nucleares). Esto justifica en buena medida su elevado coste (11,06 €/kWh, incluido el precio del abono de tarifa dual de 12 kVA), a pesar de una fiscalidad inferior a otras energías térmicas.